miércoles, 19 de febrero de 2020

En Carepa está el lotero más viejo de Colombia

Tiene más de cien años y ha ejercido todos los oficios, desde camionero, constructor, vendedor callejero y obrero bananero. Goza de perfecta salud. 

Eduardo de Jesús Vanegas Amariles, 
con más de cien años acuestas.

Crónicas del Camino 
Por: Wilmar Jaramillo Velásquez 
De EL PREGONERO DEL DARIÉN 

Por su vitalidad y ganas de trabajar nadie le cree que tiene 101 años, y a cada rato tiene que estar exhibiendo su cédula para taparles la boca a los incrédulos. Nació en la vereda Chagualdan del municipio de Abejorral Antioquia, un dos de diciembre de 1918 y se llama, Eduardo de Jesús Vanegas Amariles, el lotero más viejo de Colombia, hoy en pleno ejercicio de sus funciones, en el municipio de Carepa, donde llegó hace 36 años para no volver a salir jamás. 

En diciembre pasado cumplió 101 años, pero ya poco interés le presta a esa fecha, cree que el vivir tranquilo, sin envidias ni rencores, comer bien, dormir bien y estar en movimiento, son las claves para su longevidad. 

Don Eduardo ha ejercido un sin número de oficios, fue camionero, aún conserva su pase que se le disuelve entre los dedos por el paso del tiempo, fue conductor de “chivero” prestó servicio militar en el apogeo del coronel Rojas Pinilla, quien luego fue general y hasta presidente. 
Al Lotero más viejo de Colombia, nada lo amilana.

Transportó personal de Cartago, por todo el norte del Valle, hacia los cultivos de soya, trabajó como constructor, después como obrero bananero, allí aprendió todos los oficios, hasta su llegada a Carepa, donde trabajó como vendedor de chance y empanadas; finalmente se dedicó por completo a la venta de loterías. 

Sus amigos en Carepa lo apodaron “Comelón”, cuando terminaba la venta de empanadas, compraba la carne y la echaba en la canasta de regreso a casa. “Alguien me dijo “Comelón” y así me siguieron diciendo, incluso yo saludaba, ola comelón, ola comelona, al punto que hoy a muchas personas que conozco hace treinta años, no les sé el nombre, y les sigo diciendo comelones”. 

Don Eduardo dice que no se jubiló, porque en la época en que trabajó con empresas, no hacían los descuentos de ley y que nunca fue a la escuela, pero empíricamente, hace cuentas, devuelve sin problemas a sus clientes y posee una impresionante visión, lee sin ninguna ayuda. 

El lotero vive hoy con su hija Amanda Lucía Vanegas, es padre de ocho hijos, siete están vivos distribuidos por varias latitudes incluyendo una que vive en España.

La historia es prueba en mano  

Su esposa, Anatolia Vera, viajó de este mundo hace 22 años. 

“Yo soy lotero con resultados, he vendido ocho premios gordos y numerosos secos” dice orgulloso de su oficio. 

Este hombre que sobrevivió a tres accidentes de tránsito, uno en el que incluso lo dieron por muerto, dice que perdió la cuenta hace rato de cuantos nietos y bisnietos tiene, advierte que de tal palo tal astilla porque su padre Manuel María Vanegas, murió de 104 años y su señora madre, María, de 102. 

Sobre la fortuna, la ha tenido en ocho oportunidades en sus manos, pero ajena, porque ha vendido los billetes de lotería y otras personas se han quedado con la plata, pero eso no lo incomoda, dice que es mejor la tranquilidad que la plata y con sus pasos lentos, pero seguros, sigue recorriendo las calles de Carepa, vendiendo una ilusión que de pronto se vuelve realidad para al algún comprador, aunque eso es como ganarse una lotería, dicen por ahí. 
Su cédula no miente, dice él.