Crónicas del Camino Por: Wilmar Jaramillo Velásquez.- de EL PREGONERO DEL DARIÈN
Uno a uno fueron firmando
Vereda-Guacamayas- municipio de Turbo Antioquia-mayo de 2019- La Comisión judicial llegada al Urabá Antioqueño proveniente del departamento del Chocó, estaba lista para salir en la madrugada del martes 14 de mayo hacia la vereda Guacamayas, un territorio en litigio entre los departamentos de Antioquia y Chocó, allí tenían previsto, la entrega de los títulos de propiedad a varias familias restituidas.
Sin embargo la comisión no salió en el tiempo previsto y fue aplazada para el día siguiente, en medio de las especulaciones sobre las dificultades de seguridad para ingresar a la zona.
Pero es que no es para menos, la víspera una comisión vinculada con la restitución de tierras fue atacada con explosivos en el Catatumbo, en Tibú, Norte de Santander, dos personas fueron asesinadas y tanto el juez del caso como su secretario resultaron heridos durante el ataque.
Y como si algo faltara en este calvario en que se ha convertido el proceso de restitución de tierras en Colombia, en Urabá aún están frescos en la memoria de sus ciudadanos dos violentos ataques contra la fuerza pública, el primero realizado en abril de 2018, en zona intermedia de la vereda El Tomate de San Pedro de Urabá, donde ocho uniformados fueron asesinados durante un atentado dinamitero, justamente cuando una comisión se dirigía para atender un caso de restitución.
Llegó el anhelado momento
Y el más reciente en zona rural del municipio de Mutatá cuando en un hecho similar, otra patrulla fue emboscada, con saldo de cuatro policías heridos, en hechos corridos en abril del año en curso.
De ahí la tensión y el nerviosismo de todos los actores en estos procesos y los fuertes operativos de seguridad para garantizar la integridad de las comisiones.
La nutrida comitiva, estaba integrada por la autoridad judicial, abogados de los campesinos, cooperantes nacionales e internacionales, periodistas de distintos medios de información y un número considerado de la fuerza pública y escoltas. Encabezados por la Fundación Forjando Futuros, representante y acompañante de los restituidos.
Concentrados todos en el municipio de Apartadó, finalmente optaron por partir en la madrugada del miércoles quince de mayo en una caravana que involucraba una veintena de automotores, casi todos camionetas blindadas y vehículos de la Policía Nacional.
La madrugada se tornó helada, la ola invernal ha llegado a la zona de Urabá, la caravana comenzó su desplazamiento hacia el municipio de Carepa y luego hasta el sitio conocido como El Tigre, en jurisdicción de Chigorodó, es una autopista nueva en muy buenas condiciones, pero ya en El Tigre se bifurca por una vía destapada la cal ya siente el rigor de las lluvias.
Ahora sí, título en mano y a trabajar
Antes del amanecer se desplomó un diluvio, acompañado de truenos y rayos implacables que obstruían la visibilidad de los conductores y castigaba sin piedad a varios policías que se desplazaban estoicamente en motos y platones de camionetas al descubierto. La caravana no se detenía, se movía lenta pero proseguía, sorteando, huecos, charcos, e improvisados puentes de madera.
La zona de es una enorme planicie propia para las inundaciones, donde hoy prosperan grandes y medianas ganaderías dedicadas a la explotación de búfalos, pequeños hatos lecheros y gran producción de madera, intercalada con agricultura de pan coger, sobre todo plátano, yuca y arroz.
Pese a lo que falta, es un gran logro
Sobre la marcha se cruzan icónicos lugares, marcados como mojones en la historia reciente de Colombia, por la violencia, por el despojo de tierras, tales como, Macondo, Barranquillita, Blanquiceth, Nuevo Oriente, hasta llegar a Guacamayas. Territorios también muy movidos en los medios de comunicación, tras la disputa, territorial surgida entre Antioquia y Chocó, la cual aún no se resuelve.
Uno de los hombres de seguridad fuertemente armado, afirma que “mientras se limpian un ojo puede llover plomo, pero que hay un dispositivo de seguridad muy fuerte por que desde la víspera el Ejército aseguró la zona”. La clave está en no dar papaya , estar alerta, segundo a segundo, recalcó el veterano militar.
Hasta que llegó la justicia
Amaneció, pero el sol tan radiante y propio de estos lugares no se asomó, era una madrugada fría, lánguida, pasada por agua tampoco surgió el tradicional canto de los pájaros mañaneros, ni el ruido ronco y seco de las emblemáticas guacamayas de la zona.
Eran las seis de la mañana y ya la comisión estaba en el lugar de la diligencia judicial, la lluvia había amainado un poco, pero los terrenos estaban anegados.
En una improvisada casa campesina de madera , cubierta por hojas de zinc, con el piso en tierra, pero guarecidos de la lluvia, la Juez, del Juzgado Primero de Restitución de Tierras de Quibdó, Natalia Gamez y su secretario Yonnier Mosquera, montaron su despacho y comenzaron la diligencia que los convocaba: Restituir varios predios a campesinos quienes demostraron ante las autoridades que habían sido despojados.
Entusiasmadas las familias, recibieron sus títulos
Como ya el camino judicial había sido recorrido, bajo otro calvario de los despojados, de despacho judicial en despacho judicial, y ya la propia Corte Suprema de Justicia había fallado en favor de los reclamantes, entonces la juez, que había sido comisionada para la diligencia explicó los alcances de la sentencia y entregó los títulos a los propietarios, llamando de paso a las autoridades para que garanticen la seguridad y los derechos de los restablecidos en estos territorios.
Los terrenos restituidos a las primeras ocho familias componen unas 600 hectáreas, ubicadas entre los municipios de Mutatá y Turbo.
Simple y llanamente se trató de dar cumplimiento de la sentencia emitida el pasado 11 de diciembre por la Corte Suprema de Justicia, a través de la cual ordenó “la restitución material y jurídica” de los predios Villa Fanny, Fabiola, Carmen Alicia, Santa María, Santa Fe, No hay como Dios, Deja que Digan, El Descanso, Fundación, Fundación I, Fundación II y La Candelaria.
El abogado Gerardo Vega, explica el camino recorrido
Comienza así a concluir una maratónica carrera por los estrados judiciales, que lleva una década y en la cual, los reclamantes fueron calificados y acusados de invasores y falsos reclamantes, pero que al final del camino la justicia les dio la razón.
Ahora las dificultades no paran, el abogado Gerardo Vega, vocero de la Fundación Forjando Futuros, organización social que lidera con los campesinos la reclamación, ha mostrado su preocupación ya que faltan solo dos años para que termine la vigencia de la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (Ley 1448 de 2011), pese a que aún no se ha alcanzado ni siquiera el 5% de la meta en restitución en la región de Urabá, de 6.824 solicitudes de restitución presentadas, tan solo 163 tienen sentencias dictadas por jueces, explicó el señor Vega, anunciando de paso una iniciativa para llevar al Congreso de la República, con el fin de ampliar la vigencia de dicha ley.
Aún con rostros de preocupación,
los restituidos llegan por sus escrituras
Vega Medina, al dialogar con los campesinos restituidos y frente a los medios de prensa, también hizo un llamado a las instituciones del Estado para que les brinden garantías de seguridad necesarias para la permanencia en la zona y la protección de sus líderes; además, que el proceso de restitución esté acompañado de proyectos productivos.
Cruza el medio día, la diligencia ha terminado, el invierno da una tregua, las delegaciones entre las que figuran el IPC, La Comisión Intereclesial, la Comisión Colombiana de Juristas, la Corporación Justicia y Libertad, la Fundación Forjando Futuros, la delegación judicial de Quibdó y los periodistas se apresuran a salir, atrás quedan ocho propietarios con escritura en mano, bajo una alegría confusa, porque aún el futuro es incierto.
Restituidos:
Carlos Yamid Páez Díaz: “Hoy es un día de mucha alegría, porque pudimos lograr un objetivo de más de diez años, donde muchas personas quedaron muertas en el camino en esta lucha, otros salieron del país, pero hoy le damos gracias a Dios y a la Fundación Forjando Futuros, en cabeza del doctor Gerardo Vega, quien siempre creyó, siempre confió en el proceso, hoy nos entregan el título del predio, La Candelaria, que son 178 hectáreas con mil 200 metros, estamos sembrando, arroz, yuca maíz , hay ganado, sin embargo hay empresarios como Jaime Uribe y Arley Muñoz,
quienes siguen intimidando campesinos con la destrucción de cercas , daños de cultivos, quemas de casas, con el fin de que la gente deje de reclamar o tome la decisión de irse del territorio, un territorio que está protegido por el Juzgado de Primero de Restitución de Tierras de Quibdó , desde el 11 de noviembre de 2014, para que las personas que retornaron sin acompañamiento institucional se queden en el predio hasta que haya una decisión de fondo, son más 600 familias que retornaron sin ese acompañamiento institucional y esas familias están siendo amenazadas, para que no sigan el proceso de restitución, entonces aspiramos que con esta entrega de escrituras, cesen este tipo de persecuciones”
El caso de Carlos Yamid Páez, es de alegría y tristeza, ya que su padre, Víctor Páez Medrano, quien había iniciado el proceso de restitución, recién ha fallecido, sin ver los resultados del esfuerzo y le correspondió a él en nombre de la familia recibir la finca, sumado a unos veinte reclamantes más que ha sido asesinados en Urabá, durante estos largos procesos, de acuerdo con la misma Fundación Forjando Futuros.
Vidal Durán Jiménez: “Gracia a Dios muy contento, muy agradecido, me restituyeron 60 hectáreas con cuatro mil metros, están en potreros, tengo ganado, plátano, maicito papoche, estoy reclamando desde el año 2008,
al comienzo mucho problema con el cliente que estaba cuidando, pero de la noche a la mañana que se fue, no hemos tenido más problemas, estamos trabajando tranquilamente, espero que los que faltan por restituir, tengan paciencia y le rueguen a Dios, que las cosas se den, que sigamos adelante”
Al día siguiente los reclamantes fueron reunidos en el parque de los Encuentros de Apartadó, para una integración, actos cargados de simbolismo, diálogo con los cooperantes y para grabar en directo un programa de televisión que visibilice su situación.
Sorteando improvisados puentes de madera
La fuerza pública fue castigada por un fuerte aguacero
Ya bajo la sombra grabando un programa de televisión
En el Parque de Los Encuentros con los Cooperantes