sábado, 11 de septiembre de 2021

La publicidad engañosa como política de estado

Los administradores públicos se dedicaron a la publicidad engañosa como parte de sus estrategias de gobierno, ávidos de titulares de prensa.

Por: Wilmar Jaramillo Velásquez/El Pregonero del Darién

Aprovechando una prensa perezosa, cada vez más acomodada a las mentiras oficiales, aferrada a los presupuestos públicos, que es lo único que la motiva, los administradores públicos, dígase, presidentes, gobernadores o alcaldes, han impuesto un modelo de gobierno basados en mentir y mentir, para que los mediocres periodistas repliquen y repliquen como loros.

Todos los santos días montan obras, construyen, desarrollan proyectos, pero las inauguraciones son muy pobres, casi siempre dejando al servicio obras de otras administraciones que ellos sin ningún rubor presentan como suyas. Para eso está la prensa, para reforzar sus mentiras sin ningún rigor, para repetirlas una y mil veces hasta convertirlas en verdades.

Wilmar Jaramillo Velásquez 
El ejemplo viene de arriba, luego de registrado el fenómeno natural que destruyó a San Andrés, el presidente Dique gritó a los cuatro vientos que en cien días estaría reconstruida la isla.

La noticia fue publicada en las primeras páginas de los medios más importantes del país y con la misma desfachatez con la que anunció dicha utopía, pues era humanamente imposible cumplir con tal despropósito, ahora dice que nunca dijo tal barbaridad y todo sigue como si nada y eso que estamos hablando supuestamente del jefe del estado.

Ejemplos de estos hay muchos y así se desenvuelve la administración pública en gobernaciones y alcaldías, anuncios y más anuncios, las oficinas de prensa y de propaganda que son la misma cosa, arman titulares de prensa para adular a sus jefes, pero en la realidad son pocas las obras que se concretan.

Primero anuncian los proyectos en simples promesas de campaña, luego la socialización de los pocos que sobreviven y quedan plasmados en los planes de desarrollo, posteriormente, la primera piedra, luego viene la construcción que en la mayoría de las veces se queda en la mitad del camino y a aquellas que tienen un final feliz son muy pocas, pero han jugado con la opinión pública, la han tenido expectante durante largo tiempo.

Mentir es la característica propia del político, engañar al elector es su principal cualidad, todo esto ha convertido el ejercicio de la política   en una burla colmada de desprestigio e impopularidad, la última encueta de Ivamer sobre la credibilidad en los partidos los deja arrastrados con la excepción de Partido Liberal con un pírrico 14%

Funcionarios gobernando con titulares de prensa y para colmo falsos, una lluvia de maquetas y vistosos arreglos digitales para descrestar tontos, pero una realidad que dice otra cosa.

El ciudadano y el elector del común deben ser más críticos, más analíticos a la hora de recibir este tipo de información, o mejor de propaganda, la cual es elaborada con los mismos presupuestos públicos para engañar justamente a quienes pagan impuestos.

Los alcaldes nos tienen ahogados con esos titulares de prensa, con una lluvia de maquetas y mentiras que repugnan, que asquean al ciudadano, que lo saturan, que lo molesta, incomoda, que bueno sería que se concentraran en lo fundamental, como recobrarían la credibilidad concentrados en aquellas obras que en realidad dejarán al servicio de sus pueblos, ya la época de las mentiras y las promesas electorales pasó, ahora son gobernantes y pareciera que no se dan cuenta.

Urabá-septiembre/2021