miércoles, 22 de mayo de 2019

Monumento a la improvisación en Apartadò

Es casi un hecho que la Comisión de Presupuesto acabará con las pretensiones del señor alcalde, de sumarle ocho mil millones de pesos a la deuda pública, al cierre de su gobierno.

Opinión: 

Por: Wilmar Jaramillo Velàsquez-columnista-EL PREGONERO DEL DARIÈN 

Se ha desatado una ola de rechazo por redes sociales, ante el proyecto presentado por el señor de alcalde de Apartadó Eliecer Arteaga Vargas, de sumarle a la ya abultada deuda pública, un nuevo empréstito por ocho mil millones de pesos. Mejor dicho raspar la olla y trancarle la gestión al que viene. 


Dice sin ningún desparpajo el mandatario que ni siquiera sabía de esa posibilidad, que fue su jefe presupuesto el genio quien halló el botín, así de fácil, ahí tirado, no era sino recogerlo y dice con ese aire de emperadorcito que no es delito hacerlo.

Pues claro que no es un delito, su mandato va hasta el día 31diciembre de este año, pero lo que el desconoce o se hace que no es con él, es que hay tema en el ejercicio de lo público que se llama planificación, proyecciones y que estos dos elementos que muy olímpicamente ignora, son los que permiten proyectar, socializar la sobras que se van a construir como lo dice la ley, buscar los recursos y comenzar sus ejecuciones. 

Hay muchas cosas que el señor alcalde no va a encontrar en los códigos, porque están en la ética y la responsabilidad social de los mandatarios, por eso alza la voz en los medios de comunicación diciendo “que si está participando en política que lo denuncien”, él más que nadie conoce la alcahueta, archivadora y experta en vencimiento de términos en que se convirtió el esperpento de Procuraduría Provincial de Urabá. Por eso actúa tranquilo. 

También reta el alcalde a que denuncien si está ofreciendo coimas a los concejales para que le aprueben el crédito, claro está que el que paga estos delitos no abre la boca y el que recibe los dineros menos, estos solamente se han dado a conocer en otros casos cuando hay incumplimiento en pagos del negociado, cuando hay mala repartición del soborno. 

Así, bajo la “legalidad, se levanta en Apartadó un monumento a la improvisación, el mero trámite del crédito llevaría dos meses, viene la contratación a las carreras, ley de garantías y luego dejar unas obras inconclusas para que el nuevo mandatario cargue con la irresponsabilidad de semejante improvisación. 

El solo hecho de anunciar una inversión de cinco mil millones de pesos para ampliar el puente sobre la vía principal, es el acto màs aleve de desfachatez del alcalde, un puente que acaba de ser remodelado con el prolongado martirio e incomodidades para peatones y trasportadores. 

Recuerdo que al finalizar el mandato del alcalde Mario Agudelo, tenía en caja cinco mil millones de pesos, de recursos propios óigase bien, no de empréstitos y pese a la presión de sus amigos para que patrocinara una feria de contratos politiqueros para apoyar al candidato de su preferencia, se negó y los dejó en caja, los mismos que fueron ejecutados por su sucesor, José Phidalgo Banguero. Los desafueros también tienen excepciones. 

Dos cosas màs para concluir esta reflexión, será casi improbable que la Comisión de Presupuesto avale semejante desbarajuste administrativo, el cual únicamente está siendo aplaudido por los contratistas del despacho a la espera del festín; en esta comisión, hoy en manos de concejales con más sentido de la responsabilidad que el pueblo les dio en las urnas, el alcalde encontrará una férrea oposición a este exabrupto y sin lugar a dudad será negada. 

La otra, se deja entrever el desespero de raspar la olla y contratar hasta el último peso, lo que indica la poca o nula confianza que tiene en su pupilo, la inseguridad y las pocas posibilidades que tiene de triunfo, entonces lo mejor es no correr riesgos y comenzar a bloquear desde ahora el camino al alcalde que lo sucederá. No encuentro otra explicación.