martes, 4 de abril de 2017

Defender la paz es defender la democracia

Desprestigiado por una oposición irracional, resentida y llena de odios y los monopolios dueños de los medios de comunicación, que han logrado volcar medio país en contra del proceso de paz.

Opinión-abril
Por: Félix Amín Tobar Tafur- Especial para EL PREGONERO DEL DARIÉN

Sino tenemos el valor civil de defender el proceso de paz adelantado por el gobierno Nacional con las FARC, estaremos destinados a tener un país inviable, donde imperará la anarquía y por ende la ley del más fuerte.

La paz en Colombia no la van a defender quienes se han lucrado de los 179.000 millones de dólares que han costado 54 años de conflicto armado, 7.6 billones de pesos en promedio al año, lo que equivale a 22.000 millones diarios. El presupuesto para la guerra pasó de 14.6 billones de pesos en 2002 a 23.4 billones en 2010 (Gobierno Uribe) y a 27.7 en 2014 (Primer cuatrienio del Gobierno Santos). La dotación de un soldado nos cuesta a los colombianos 2 millones de pesos. 

Esto significa que es el negocio de la guerra lo que mueve el grueso del presupuesto Nacional, presupuesto que en su ejecución nadie se atreve a cuestionar con el mote de “Gastos Reservados” que lo entes de control no pueden auditar y la clase política dócil a los dueños del país no se atreven hacerle control político.

Por eso le corresponde al 70% de los hogares en Colombia salir a defender la paz, porque no es posible que mientras el grueso de la población vive con un salario mínimo o menos, la plata para infraestructura, salud, educación, cultura y vivienda, se dedique a mantener una guerra que no nos pertenece, que no es nuestra, que lo único que colocamos son nuestros hijos para la guerra, sin importar el bando a que pertenezcan.

Cómo nos explican que después que se ha decretado el cese bilateral al fuego entre FF.AA y FARC, sea notoria la reducción del desplazamiento forzado, los homicidios, las mutilaciones por minas, el secuestro, la tortura, el reclutamiento de menores, el despojo de tierras, la desaparición forzada y hasta el robo de bienes. Si estas no son bondades del proceso de paz, entonces alguien que me explique qué beneficios nos puede traer el que se rompa el proceso y que volvamos al estado de cosas como estuvieron hasta el 2013.

El país no puede perder la memoria, según el Centro de Memoria Histórica entre el año 1958 al 2012 se presentaron 220.000 asesinatos, 25.007 desaparecidos, 5.712.506 desplazamientos forzados, 1.982 masacres, 27.023 secuestros, 1.754 casos de violencia sexual y 6.421 reclutamientos de menores. Si estas cifras no nos horrorizan y hasta avergüenzan, entonces tenemos que aceptar que somos una “sociedad enferma” que se acostumbró a no asombrarse ante la penumbra de la muerte, especialmente por razones políticas.

Y que quede claro, quienes defendemos la paz no somos ni adeptos a las FARC, ni mucho menos al Presidente Santos, pero si damos un valor muy grande a alguien de estirpe de la oligarquía criolla quien en un acto de responsabilidad con el país y contra los altos intereses de la guerra, se la ha jugado en este proceso. Desprestigiado por una oposición irracional, resentida y llena de odios y los monopolios dueños de los medios de comunicación que han logrado volcar medio país en contra del proceso de paz y del presidente Santos, pero al final no serán suficientes, porque la historia y el mismo pueblo que seguramente terminará identificado cuando le de valor real a la paz, defenderán un gobierno que garantizará que el PIB crezca el doble cada 8.5 años y no cada 18.5 años como en la actualidad. A defender la Paz Maestros!